COMENTARIO DE LIAJORGGE: No los desaprovecha... más bien no los pueden aprovechar por 2 razones: 1) Los hispanos nos hablamos inglés al 100%, la mayoria medio lo habla y mal, si eres profesionista debes dominar al 100% el idioma y más de tu profesión y 2) La revalidación academica de los titulos y estudios universitarios es obligatoria porque en Latinoamérica no tenemos el mismo nivel educativo que en USA, para esto hay que revalidar, es decir, estudiar de 1 a 3 años en la mejor universidad posible para obtener el grado en USA, si un hispano hace esto, casi garantiza su vida. El problema es el dinero que se requiere para hacerlo, el tiempo, la actitud y humildad del hispano para llegar a un nuevo país y ponerse realmente a estudiar y prepararse en su profesión. Si ha esto le agregas un posgrado pues que mejor. La autora de esta nota hace ver a los hispanos como victimas y no estoy de acuerdo. USA es muy competitivo y si no eres competitivo no puedes ganar en USA.
NOTA:
Miles de profesionales trabajan pero en empleos fuera del ámbito de sus estudios; de 6.7 millones de inmigrantes universitarios, 1.2 millones se emplean por debajo de su capacidad.
Los inmigrantes calificados tienen que pasar varias barreras para poder alcanzar un empleo de acuerdo a sus capacidades.
Luego de recibirse de médica en Bogotá, María Angélica Montenegro hizo de todo: obstetricia, pediatría, emergencias e incluso cirugía. Nada de eso le sirvió para los empleos que ha conseguido en Estados Unidos: vendedora, cuidadora de bebés y asistente médica.
El caso de Montenegro dista de ser singular, dada la tasa elevada de desempleo. Su situación refleja una tendencia que los investigadores llaman el "derroche de cerebros": inmigrantes altamente capacitados en sus países de origen no encuentran empleos que les permitan aplicar sus conocimientos y educación.
La mayoría de estos inmigrantes sólo consiguen empleos por debajo de su capacidad debido a problemas con el idioma, la falta de acceso a las bolsas de trabajo o problemas para revalidar sus credenciales. Para colmo, algunos son indocumentados.
Un análisis del Instituto de Políticas de Migración, dedicado a los problemas de inmigración, estima que de los 6.7 millones de inmigrantes con título universitario, 1.2 millones tienen empleos por debajo de su capacitación. El análisis, basado en una encuesta de comunidades de la Oficina del Censo, no distingue entre los inmigrantes legales y los ilegales.
El derroche de cerebros tiene consecuencias para los inmigrantes, los empleadores y la economía en general, dijo Jeanne Batalova, coautora de un trabajo de investigación del tema.
Para el inmigrante, significa obtener ingresos inferiores a los que podría ganar. Para los empleadores, significa menos mano de obra calificada en la oferta de trabajo. Y el país en general pierde la oportunidad de aprovechar a profesionales capacitados en zonas donde son escasos.
Hay "pérdida cuando el talento y el potencial humanos no se aprovechan al máximo", dijo Batalova.
Nikki Cicerani, directora ejecutiva de Upwardly Global, una organización sin fines de lucro que ayuda a los inmigrantes documentados a encontrar trabajos en sus profesiones, dijo que muchos provienen de medios donde la búsqueda de trabajo se realiza de manera distinta. No saben cómo trabajar dentro del sistema, sea para crear redes de contactos o redactar un currículo a la manera que esperan los empleadores.
La entrevista laboral suele plantear una grave dificultad. "En muchos países, lo que cuenta es el nivel educativo y la experiencia laboral", dijo Cicerani, "mientras que en Estados Unidos lo decisivo es la entrevista".