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lunes, 30 de enero de 2012

Europa: ¡¡¡Por fin!!! 25 países aceptan un pacto fiscal

Los países de la Unión Europea, salvo Gran Bretaña y República Checa, adoptaron este lunes un nuevo tratado que refuerza su disciplina presupuestaria común, con la inclusión prevista de "reglas de oro" sobre el equilibrio de las cuentas públicas, según fuentes diplomáticas.

Solamente Gran Bretaña -que ya anunció su rechazo en una anterior cumbre en diciembre- y República Checa decidieron no participar.



Este pacto responde a una exigencia de la canciller alemana Angela Merkel, que lo puso como condición a cambio de la solidaridad financiera de su país con los Estados en dificultades de la zona euro.

El acuerdo de principio fue posible gracias a un compromiso entre Polonia, de un lado, y Francia, del otro, sobre un tema colateral: el formato de las cumbres de la zona euro.

Este asunto, simbólico pero políticamente muy sensible, fue objeto de controversia desde hace varias semanas. Varsovia, con el apoyo de varios países de Europa del Este, quería que los países que no utilizan la moneda común pudieran también participar en las cumbres de la zona euro. París rechazaba que esa participación fuera sistemática. Un fórmula de compromiso intermedia fue hallada al respecto.

El tratado presupuestario debe ser firmado a principios de marzo, y se aplicará en cuanto 12 países lo hayan ratificado.

El texto prevé que los países que lo han suscrito se comprometan a realizar "presupuestos equilibrados" o "con superávit" en un ciclo económico, es decir, llegar a medio plazo a un déficit estructural (sin contar circunstancias excepcionales y del servicio de la deuda) de un máximo del 0.5 por ciento del PIB.

Cada Estado deberá prever por sí mismo "que se desencadene automáticamente un mecanismo de corrección" en caso de desvío respecto a este objetivo, con la obligación de adoptar medidas correctivas durante un cierto tiempo.

El Tribunal de Justicia de la UE verificará la implementación de las reglas de oro. Podrá imponer una multa de hasta el 0.1 por ciento del PIB al país infractor. Alemania quería ir más lejos, y que el Tribunal sancionara también los desvíos de la deuda de los países, pero finalmente renunció a ello, al menos de momento.

El límite tolerado para los déficit públicos anuales en el corto plazo sigue siendo del 3 por ciento del PIB. Un país que viole esta regla quedará más fácilmente expuesto a sanciones casi automáticas.

La regla de oro deberá quedar "preferentemente" inscrita en la Constitución. No es sin embargo una obligación. Un texto de ley basta si su valor jurídico garantiza que no será cuestionado de forma recurrente.

El texto fue sin embargo cuestionado antes de su firma por el ministro finlandés de Relaciones Exteriores, Erkki Tuomioja, que lo consideró "inútil y nocivo". Y la Comisión Europea expresó a menudo su irritación ante este tratado, al considerar que su contenido ya estaba casi totalmente cubierto por la legislación europea.