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jueves, 13 de septiembre de 2012
10 años de Crisis Mundiales, el futuro no es nada alentador
En 2008 Estados Unidos entró en emergencia y el mundo también. Han pasado cuatro años de lo que ya se considera como la crisis más larga y profunda después de la Gran Depresión de 1929 y el panorama hacia adelante no es nada prometedor, sobre todo para Europa.
De no encontrar rápidas soluciones las economías estadounidense y principalmente la europea se encaminan peligrosamente a una década pérdida y en este entorno que se vislumbra complicado la principal víctima ha sido, es y será el mercado laboral, particularmente entre los jóvenes, alertan economistas.
Ante la perspectiva de un mayor deterioro de la actividad económica, hay un retraso en el empleo mundial equivalente a 200 millones de puestos de trabajo, de acuerdo con cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo que representa un incremento de 27 millones desde el inicio de la crisis.
El organismo ha advertido que se necesitarán más de 400 millones de nuevos puestos para evitar otro aumento del desempleo. Por lo tanto, para generar un crecimiento sostenible, y al mismo tiempo mantener la cohesión social, el mundo debe asumir el desafío urgente de crear 600 millones de puestos de trabajo productivos en el próximo decenio.
El panorama no es nada alentador, ya que la OIT advierte que aún así quedarán 900 millones de trabajadores que viven con sus familias con unos ingresos inferiores al umbral de pobreza de los 2 dólares de los Estados Unidos por día, sobre todo en los países en desarrollo.
Una crisis a tres bandas
El 15 de septiembre de 2008 los mercados financieros del mundo se cimbraron con la noticia de la quiebra de Lehman Brothers, uno de los gigantes de Wall Street. Con esto podría suponerse que prácticamente daba inicio la mayor crisis en la historia moderna, pero en realidad empezaban a salir a la luz los problemas que desde mediados de 2007 enfrentaba la banca de EU con las hipotecas subprime, dicen economistas.
Esta crisis que inició con el derrumbe del mercado hipotecario le pegó a los bancos, se trasminó a la deuda soberana de las economías desarrolladas y se conviertió en un problema de alto déficit fiscal que va para largo, advierten.
"En Estados Unidos llevamos 5 años de crisis y el mercado laboral no se logra recuperar, mientras que la actividad económica sigue débil y en Europa pasará más tiempo para que se dé todo este proceso de desapalancamiento", dice Víctor Herrera, director de la calificadora Standard and Poor´s México.
Hay crisis para rato, particularmente en Europa. "EU tardará todavía en recuperarse unos años más y falta la desaceleración asiática para ver si es un aterrizaje más suave o desacelerado, así que tenemos algunos años adelante que van a ser complicados", indica Herrera.
Al entrar en el cuarto año de crisis económica mundial, los datos permiten definir tres etapas en la crisis, menciona la OIT.
Al impacto del desencadenamiento de la crisis se respondió con medidas fiscales y de estímulo coordinadas, que si bien permitieron una recuperación del crecimiento, no bastaron para conseguir una recuperación sostenible del empleo, sobre todo en las economías avanzadas.
En la segunda etapa, el aumento del déficit público y los problemas de la deuda soberana indujeron la adopción de mayores medidas de austeridad para tranquilizar a los mercados de capital.
A resultas de ello, las medidas de estímulo fiscal comenzaron a menguar y el apoyo a las actividades económicas en las economías avanzadas se centró en flexibilizar las políticas monetarias. El impacto combinado parece haber debilitado tanto el crecimiento del PIB como del empleo.
En la tercera etapa de la crisis ha habido una grave reducción del espacio político, lo que ha hecho difícil detener, o al menos frenar, el mayor debilitamiento de las condiciones económicas, puntualiza el organismo.
En la etapa inicial de la crisis mundial, los países habían adoptado rápidas medidas para ayudar al sector financiero, además de conjuntos de medidas de estímulo de apoyo a la economía real. Sin embargo, pese al gran esfuerzo -en algunos casos, hasta el 90 por ciento del gasto público adicional se destinó al rescate de bancos-, la industria financiera sigue estando en situación de riesgo extremo; ello debilita su capacidad de conceder préstamos a la economía real.
Las condiciones crediticias han vuelto a endurecerse, en parte debido al panorama económico extremadamente incierto. Al mismo tiempo, el alto nivel de la deuda soberana en las economías avanzadas ha limitado la capacidad de los gobiernos de estos países para ejecutar otra serie de programas de estímulo.
Déficit fiscal, el gran obstáculo a sortear
La recesión global en 2008 y 2009, prueba de que la producción real de bienes y servicios fue afectada, vino a complicar las cosas porque el pobre desempeño económico agravó el problema fiscal que no se habían corregido, explica el director para América Latina de Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño.
El analista destaca que esa contracción hizo que los gobiernos tuvieran menos recaudación tributaria y en lugar de ajustar su gasto lo que hicieron fue gastar más vía subsidios, apoyos y no solo a consumidores, rescates enormes a instituciones bancarias, a fabricantes de automóviles, aseguradoras.
"Todo eso incrementó el gasto público y desequilibró más las cuentas fiscales, con consecuencias mucho más importantes de las que hasta ahora se han tenido. Sin embargo, a pesar de todas esas medidas no se ve que se que los gobiernos hayan aplicado la solución correcta al problema crítico en la economía".
Coutiño subraya que las medidas que se aplicaron fueron en dirección opuesta a lo que la receta ortodoxa recomienda y eso vino a agravar el problema fiscal. "Es un poco tarde, pero hay que corregir las cuentas fiscales, es algo que debió de haberse hecho desde hace unos años y ahora tanto en EU como en Europa tendrá que resolverlo, es inevitable y hay que ponerlo en marcha".
El gran costo de hacer ese ajuste fiscal, reconoce, es profundizar la desaceleración o incluso recesión, pero no ha habido un esfuerzo importante que permita regresar las cuentas fiscales al equilibrio.
"Si el ajuste se hubiera dado en los dos primeros años después que estalló la crisis en 2008 la economía (mundial) estaría en una situación muy distinta actualmente, pero porque no se han dado esos ajustes de manera firme y en la medida en que se necesitan; eso es lo que ha alargado el sufrimiento y la contracción económica", comenta.
En opinión de Raymundo Tenorio Aguilar, director de las carreras de Economía de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe, en el terreno de los hechos no ha habido ajustes de carácter fiscal en el camino.
"En estos 4 años no se han implantados algunas medidas de carácter fiscal. Al contrario, la política fiscal en EU sigue en desorden y los legisladores de ese país no se han puesto de acuerdo en ningún momento sobre el techo de la deuda", expone.
En estos 4 años la herramental contra la crisis ha sido puramente de carácter monetario, en la cual el Banco de la Reserva Federal (Fed por sus siglas en inglés) ha pasado por diversos alivios cuantitativos desde los QE1, 2, las operaciones twist y ahora se prevé un tercer alivio monetario, dice.
Una crisis que se alarga
Los ajustes de carácter fiscal son convenientes cuando la economía ya esté en recuperación o expansión, no antes, considera el catedrático del Tec Raymundo Tenorio Aguilar. "Como la economía de EU va a seguir en recuperación pueden venir los ajustes fiscales sin crear una crisis, como la que está ocurriendo en Europa que puede enfrentar una década pérdida.
Erick Urtuzuástegui, economista en jefe de la consultoría Prognosis, añade que la crisis puede alargarse y recaer, pero dependerá mucho de la manera en cómo se enfrente.
"En EU, que al parecer ya pasó lo peor, enfrentan el tema fiscal, y tienen que ver cómo le hacen si suben impuestos o disminuyen el gasto y en qué momento lo bajan porque si hacen mal los recortes o los cálculos vuelven a sumir a la economía en una recesión. Ese es el gran reto: de qué manera gastan, cómo lo recortan y ahí tiene que ver mucho lo político y, por eso, hay una incertidumbre grande".
Estima que dar un plazo de término de esta crisis es difícil, pero cree que ya está cerca. "Por lo pronto, después de las elecciones tendremos una idea del rumbo que tomen fiscalmente en EU y en Europa se debe cumplir con todo un calendario. Aproximadamente en los próximos 18 meses ya tendremos una idea de si recaímos o la vamos a librar".
Si el mundo va a librar pronto o no esta crisis que cumple 4 años, Alfredo Coutiño de Moody´s Analytics estima que eso va a depender si los países llegan a hacer los ajustes que la economía global necesita, de lo contrario el problema se alargaría más de lo que se está alargando.
"En realidad el problema de la crisis actual se debe a que los ajustes no se han dado y cada quien está tratando de apretar las tuercas de manera gradual, sin comprometerse a hacer el trabajo que realmente se necesita. Eso lo que ha ocasionado es que por un lado el sufrimiento sea más largo y, por el otro, que la economía no alcance a ver señales de fortalecimiento".