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martes, 26 de marzo de 2013

Jesucristo y el liderazgo empresarial

“El Hijo del Hombre vino a servir y no a ser servido”.  

En estas fechas del año, los cristianos recordamos, la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.  Jesús fue y sigue siendo el gran líder de la historia.  Su vida la dedicó a servir a sus seguidores y a todas las personas con las que tuvo contacto.  Fue un auténtico líder-servidor.

En 1970, Robert Greenleaf, acuño el término “servant leader”, como el tipo de líder que pone el servicio por encima de su liderazgo, siendo “primero servidor y después líder.” Los conceptos que maneja en su modelo de liderazgo existieron, desde hace más de 2000 años en la figura de Jesús.

Para ser un líder-servidor, debemos vivir una entrega a los demás.  Jesús llegó al extremo de entregar su vida por toda la humanidad. Nosotros difícilmente, podemos llegar a tales extremos pero si podemos exhibir muchas características del verdadero líder-servidor.


Una de las principales características del empresario familiar efectivo es la capacidad de escuchar. Debe realizar el esfuerzo de comprender las necesidades de sus familiares, empleados, socios, clientes, proveedores, aliados y demás participantes (“stakeholders”) en su empresa. Jesús, dejaba que todos se le acercaran, niños, ancianos, enfermos y pecadores.

Otro aspecto, es la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar de los demás para entender que les preocupa, cuales son sus necesidades y deseos. El líder actual tiene que hacer un esfuerzo real por entender a sus clientes y colaboradores, para que éstos le ayuden a atender a aquellos.

Un aspecto, que Jesús manejó de manera magistral, fue la capacidad de curación, al liberar a los enfermos de sus malestares, del diablo y hasta de la muerte.  El líder, en este sentido, puede hacer su tarea de ayudar a los que lo rodean a superar los problemas de la familia y de la empresa, con un espíritu de servicio, dando prioridad a los demás por encima de uno mismo.

Finalmente, un líder de la empresa familiar debe actuar como un guardián (“steward”), el custodio del negocio, durante su periodo al frente.  El verdadero líder-servidor, debe saber que su encomienda es entregar una mejor empresa a la siguiente generación.  Sólo así se puede pensar en el éxito y continuidad de la empresa familiar, más allá de la vida del líder en turno.  Jesús ha sido capaz de mantener viva una organización mundial durante más de 2000 años.

¿Qué podemos esperar de nuestra empresa? 
¿Qué muera con nosotros? 
¿Soy un líder-servidor? 
¿Puedo contribuir a la permanencia de mi empresa, cuando ya no viva?