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lunes, 23 de enero de 2012

IBooks de Apple una excelente plataforma educativa para el futuro

Con el lanzamiento del nuevo iBooks, la empresa busca participación en un mercado de 5,510 mdd; la tecnológica quiere enganchar a los jóvenes al centrarse en las ediciones educativas digitales.

En el evento que Apple realizó el 19 de enero en el Museo Guggeinheim de la ciudad de Nueva York, el vicepresidente senior de marketing mundial, Phil Schiller, señaló que la educación había sido parte fundamental de la compañía desde sus comienzos. Pero el anuncio de un mejorado programa de iBooks (así como el lanzamiento de las aplicaciones iBooks Author e iTunes U), tiene alcances que no se limitan a auxiliar a un estudiante con la materia de aritmética. Tiene el potencial de modificar la ecuación de todas las publicaciones educativas.



Un detalle pasado por alto es que el evento de la semana pasada se enfocó en los llamados textos K-12 (en Estados Unidos, se refiere al material educativo que comprende desde el primer grado escolar hasta la secundaria), una categoría que reportó 5,510 millones de dólares (mdd) en ventas netas en 2010, de acuerdo a datos proporcionados por la Asociación de Editores Estadounidenses.

Debido a la forma en que los títulos electrónicos están vinculados con otros materiales educativos, no es posible calcular cuál fue la relevancia que tuvieron los libros electrónicos en las ventas del material K-12. Pero en comparación, los ingresos netos reportados en 2010 por las editoriales de textos de educación superior fue de 4,550 mdd, de los cuales 570 mdd provinieron de ventas digitales, un incremento del 70% respecto a 2008.

Aunque parezca prudente asumir que el mercado de los textos escolares K-12 ha experimentado una tasa de adopción digital similar a la de los textos de educación superior, existe una diferencia fundamental entre los dos sistemas escolares en cuanto a ventas de libros se refiere: en la educación superior, los estudiantes compran el material (y las computadoras) por su propia cuenta, mientras que en los grados inferiores son las editoriales las que venden paquetes de material didáctico directamente a los distritos escolares, que también compran las computadoras para las aulas.

En otras palabras, el anuncio que dio Apple sobre los iBooks solamente aplica a las escuelas que tienen iPads, o que están por tenerlas. Vender iPads a las escuelas, y no libros electrónicos, era el principal objetivo del día. Como ocurrió en la década de los 80's, cuando intentó controlar el  mercado de la PC al enganchar a los niños al software Print Shop que corría en las computadoras Apple II de algunas escuelas, Apple una vez más está intentando enganchar a usuarios jóvenes al centrarse en el mercado de las ediciones educativas digitales.

Sin embargo, esta vez la diferencia es que las Macs, los iPods y los iPhones son omnipresentes fuera del salón de clases, mientras que en aquel entonces Microsoft dominaba en las oficinas y en los hogares.

Además, hay mucho dinero en juego en la industria de la literatura didáctica. Asumiendo que Apple usa la misma repartición 70/30 que aplica sobre la industria musical y los desarrollares de aplicaciones en iTunes y en su App Store (70% para el desarrollador y 30% para Apple por cada venta), la compañía puede aumentar sus arcas a medida que el programa de libros electrónicos madure.

Pese a que la industria editorial se queje de las cuotas de Apple, le conviene someterse, pues los costos asociados a la producción física de un libro (impresión, encuadernación, almacenaje y distribución) más o menos equivalen al trozo que Apple exige para sí misma.

Desde luego, crear contenido interactivo también es costoso. Sin embargo, al distribuir la aplicación iBook Author de forma gratuita, Apple disminuye para los editores el costo y la complejidad de la producción, aunque los obligue a vender el material en la plataforma iOS. Apple sólo tiene que preocuparse por los costos de producción de la iPad, y encontrar el modo de llevarla a las escuelas.