miércoles, 9 de mayo de 2012

Historia de un Emprendedor que solicito una Inversión y que recomienda: "No te enamores de las empresas"


 "Hace unos años en un foro donde hablaba de mi experiencia como emprendedor, una persona levantó la mano y lo primero que me dijo es: usted es un mal empresario, porque vendió Cinemex a los extranjeros.

"En ese momento me di cuenta de que los empresarios tienen miedo de recibir financiamiento por el temor que les genera vender después la empresa y pensé: este cuate no ha entendido nada", recordó el co fundador de Cinemex, Miguel Ángel Dávila Guzmán.

Durante su participación en el Séptimo Foro de Capital Privado, organizado por la Asociación Mexicana de Capital Privado (AMEXCAP), Dávila recordó que en 1994, junto con sus socios Adolfo Fastlicht y Matthew Heyman, lograron convencer a los inversionistas de JP Morgan de capitalizar a Cinemex con 20 millones de dólares.


El emprendedor -que cuando creó Cinemex estudiaba una maestría en Harvard- recordó que en 1993 comenzaron a buscar a inversionistas dispuestos a capitalizar la apertura de dos salas de cine en México, para lo que necesitaban 6 millones de dólares.

"Lo primero que nos pasó es que los de JP Morgan, que se habían interesado por el proyecto, nos dijeron que estábamos pidiendo muy poco, que lo que necesitábamos no eran 6 sino 20 millones de dólares, porque abrir dos salas no sería suficiente para hacer frente a la competencia", refirió Dávila Guzmán.

Aseguró que con ello se dieron cuenta que JP Morgan era su mejor socio de negocios, porque estaban dispuestos a incrementar su riesgo al aumentar el financiamiento, con tal de que la empresa fuera exitosa.
Ocho años después, en 2002, los emprendedores vendieron por 300 millones de dólares Cinemex, lo que significó un monto mil 400 por ciento superior al que habían recibido de financiamiento.

"La preocupación que yo veo es que muchos empresarios tienen miedo a vender. Para mí lo importante no es vender, sino generar empresa. A mí, un socio me dijo: enamórate de las mujeres, no de las empresas.

"El problema es que el empresario mexicano no suelta, no sabe soltar el negocio que es de su propiedad, y yo creo que hay romper ese mito, es un tema de reformar el pensamiento, de preguntarse para qué quieres el control de una empresa pobre", dijo.

Dávila Guzmán aconsejó a los emprendedores que al momento de salir a pedir financiamiento privado deben asegurarse de contar con un buen abogado, no tener miedo a vender y aprender a elegir al mejor socio de negocios.