Hay indicios de que los consumidores estadounidenses están reduciendo el gasto en todo lo que va desde autos hasta vacaciones. Estados Unidos (23 septiembre 2011).- ¿Se encamina el mundo a una nueva recesión? Una serie de datos divulgados el jueves muestran una caída de la actividad fabril en China, el motor de la recuperación global, y Europa, donde las autoridades siguen divididas sobre la mejor forma de contener la crisis de la deuda soberana.
Por su parte, el Congreso estadounidense vuelve a debatir cómo financiar el gobierno, semanas después de que la acalorada controversia sobre el límite de la deuda provocara una rebaja de la calificación de crédito.
"El mundo está en una zona de peligro", dijo el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien agregó que su confianza en que las grandes economías eludan una segunda recesión estaba "siendo socavada por el goteo constante de malas noticias económicas".
Las turbulencias evocaron en algunos observadores la crisis financiera de 2008, cuando las convulsiones del sistema financiero estadounidense sacudieron a los mercados y las economías de todo el mundo, desencadenando la recesión global de 2009.
"Muchos de los síntomas que vimos en 2008 se están repitiendo hoy en Europa", dijo Guillermo Ortiz, ex gobernador del Banco de México, quien indicó que el mundo podría afrontar "la crisis financiera más prolongada que registre la historia".
Una fuerza clave que ayudó a sacar a la economía global del bajón de 2008 y 2009, el acelerado crecimiento de China, parece menos confiable. Una medición preliminar del ánimo de las empresas manufactureras realizado por el banco HSBC cayó a 49,4 puntos en septiembre tras marcar 49,9 en agosto.
Una lectura inferior a 50 indica una contracción del sector.
FedEx, el gigante estadounidense de envíos, anunció que la desaceleración de Asia -específicamente los envíos de productos electrónicos de China- fue el mayor responsable de la caída de 4% en su volumen de envíos prioritarios internacionales durante el tercer trimestre.
Fred Smith, su presidente ejecutivo, atribuyó el descenso principalmente a la menor confianza de los consumidores mientras los estrategas en EE.UU. y Europa debaten sobre la mejor estrategia a seguir. "El consumidor simplemente no tiene ganas [de hacer más compras]", dijo Smith.
Los economistas advierten un riesgo de que los consumidores reduzcan aún más el gasto, haciendo que sus temores de recesión se conviertan en una profecía autocumplida.
Algunas empresas dicen que ya están observando señales preocupantes y se están preparando para un escenario difícil.
Hooker Furniture, un fabricante de muebles de Martinsville, Virginia, ha estado engrosando sus reservas de efectivo en medio de la incertidumbre económica. La compañía tenía US$30,4 millones en efectivo al 31 de julio, casi el doble que hace 12 meses. "Cada día parece traer nuevas sorpresas", dijo el director financiero Paul Huckfeldt.
"Veíamos una intranquilidad creciente y creímos que el efectivo mitigaría algunos de esos riesgos".
Hay indicios de que los consumidores estadounidenses están reduciendo el gasto en todo lo que va desde autos hasta vacaciones. El minorista de autos usados CarMax Inc. reportó el jueves un descenso de 2% en las ventas de autos usados en locales abiertos hace al menos un año, lo que el presidente ejecutivo Tom Folliard atribuyó "al débil entorno económico y a la menor confianza del consumidor".
La situación no es muy distinta en Europa. La confianza del consumidor en la zona euro se desplomó a su menor nivel en dos años, informó el jueves la Comisión Europea.
"En el caso de la zona euro ha sido un dato sombrío tras otro", dijo Howard Archer, economista jefe europeo de la consultora IHS Global Insight. "El cuarto trimestre está comenzando a verse muy inquietante".
Un índice de la actividad empresarial en los 17 países que comparten el euro mostró una marcada merma en los sectores fabril y de servicios. El índice combinado, difundido el jueves por la firma de investigación Markit Economics, cayó a 49,2 puntos en septiembre de 50,7 en agosto. La cifra por debajo de 50 -que indica un declive de la actividad- fue la primera en más de dos años.
Una medida de nuevos pedidos -que ofrece un panorama adelantado de la actividad económica en los próximos meses- cayó a su ritmo más pronunciado desde julio de 2009.
En EE.UU., la Casa Blanca y el Congreso siguen enfrentados sobre cómo reactivar la economía: los demócratas son partidarios de más gasto fiscal y recortes impositivos, y los republicanos prefieren más reducciones del gasto.